Living With Polio


Anesthesia

Modern anesthesia has become extremely safe, but many survivors fear it because of reports of problems during and after anesthesia. Potential problems include a greater sensitivity to the paralyzing drugs (muscle relaxants), possible need for mechanical ventilation after surgery, and pain problems after surgery. All survivors, especially those with a history of respiratory involvement, need to tell their surgeon and anesthesiologist about having had polio (Calmes, 1997).

The kind of anesthesia chosen – general, regional, or monitored anesthesia care – depends on what operation is being done, the individual’s medical conditions and desires, and the skills of the anesthesiologist and surgeon. There are theoretical reasons to choose regional anesthesia if possible, because it decreases the stress hormone response to surgery (Barker et al., 1995). Planning the proper anesthesia can only take place after the anesthesiologist learns of the survivor’s medical problems and takes into consideration the treatment plans for the period after surgery, such as whether mechanical ventilation might be needed, and how pain will be treated.

Past reports of not being able to reverse muscle relaxants, most likely due to drug overdose, have contributed to the fear of general anesthesia. Polio survivors are very sensitive to muscle relaxants because they have fewer neurons to block (Gyermek, 1990). The muscle paralyzing drug curare is rarely used today. Anesthesiologists now choose from better and more controllable muscle relaxant drugs and routinely measure each person’s response to muscle relaxants using a nerve stimulator. A safe approach is for the anesthesiologist to use only half the normal dose at first and see how the individual does. More anesthetic muscle relaxant can be added, if needed, and the possibility of overdose is decreased.
No published study documents anesthesia problems in polio survivors. However, some survivors have thought that their typical post-polio symptoms became worse after regional anesthesia.

If spinal anesthesia is used, the current recommendation, for the general population as well as survivors, is to use the local anesthetic bupivacane instead of lidocaine. There are reports of possible nerve damage with lidocaine. It is considered to be safe for dental anesthesia and epidural anesthesia.

Post-operative mechanical ventilation may be necessary to help with breathing after surgery, especially major surgery. More common in the survivor who currently uses mechanical ventilation or needed it in the past, post-operative mechanical ventilation allows the lungs time to recover from the effects of surgery and anesthesia.

Many survivors seem to be very sensitive to pain, particularly in long-paralyzed limbs, and to need additional pain medicine post-operatively. It is important that post-operative pain management be planned. A combination of approaches often works best.

The surgeon can inject local anesthetic at the surgical site; the anesthesiologist can give pain medication, so it is working when the individual awakens; and the patient can be given continuous infusions of pain medications that can be self-adjusted.

One of the most important decisions related to surgery is where the operation should take place. Questions to ask include:

  • Does the hospital have a surgical team with experience in caring for polio survivors or people with neuromuscular disease?
  • Is the ICU available if post-operative mechanical ventilation is needed?
  • Is the anesthesiologist available ahead of time and does he/she show concern for post-polio problems?
  • Does the anesthesiologist measure neuromuscular transmission routinely and will he/she in this case?
  • Does the surgeon seem aware of possible post-operative problems from polio?

Major medical centers with academic training programs in anesthesiology and an affiliated rehabilitation unit most often meet these criteria. People with fewer post-polio problems might be considered for surgery in an outpatient surgery unit, if it met the criteria above and if the individual has assistance at home after being discharged.

One should expect to see the anesthesiologist before having elective surgery to discuss one’s health and concerns about anesthesia. If an individual is unable to communicate, it is important that an advocate who knows the potential problems speak with the anesthesiologist. If the anesthesiologist for either elective or emergency surgery does not seem to show proper concern, the individual has the right to refuse surgery until he or she is comfortable with the relationship. However, emergency operations are more difficult because there is little time to plan.

For any surgery, polio survivors should be in the best possible health pre-operatively.

Excerpt from the “Handbook on the Late Effects of Poliomyelitis for Physicians and Survivors” ©1999



ANESTESIA
La anestesia moderna ha llegado a ser muy segura, sin embargo, muchos sobrevivientes de poliomielitis le tienen temor debido a reportes de problemas durante y después de la anestesia. Los potenciales problemas incluyen, una mayor sensibilidad a los medicamentos inmovilizantes (relajantes musculares), la posible necesidad de ventilación mecánica y problemas de dolor después de la cirugía. Todos los sobrevivientes de la Poliomielitis, especialmente aquellos con historia de complicaciones respiratorias, necesitan decirle a su cirujano y anestesiólogo que tuvieron poliomielitis.

El tipo de anestesia – general, regional, o local- se elige dependiendo de la cirugía que se vaya a realizar, las condiciones médicas del individuo y la pretensión y habilidades del anestesiólogo y cirujano. Hay razones teóricas para elegir, si es posible, la anestesia regional, porque disminuye la respuesta hormonal al estrés quirúrgico. Planificar la anestesia apropiada sólo puede hacerse después que el anestesiólogo entienda los problemas médicos de los sobrevivientes de la Poliomielitis, y tome en consideración, planes de tratamiento para el período postquirúrgico, como si podría necesitarse la ventilación mecánica, y cómo tratará el dolor.

Existen informaciones pasadas, de no haber podido revertir el efecto de los relajantes musculares, muy probablemente debido a sobredosis del medicamento, que han contribuido al miedo a la anestesia general. Los sobrevivientes de la poliomielitis son muy sensibles a los relajantes musculares porque tienen menos neuronas a bloquear. El curare, medicamento que paraliza los músculos, raramente es utilizado. Los anestesiólogos pueden elegir entre mejores y más controlables medicamentos relajantes musculares, además de que por rutina miden la respuesta de cada persona a los relajantes musculares, usando un estimulador del nervio. Un método seguro para el anestesiólogo es utilizar al inicio sólo la mitad de la dosis normal y observar cómo reacciona el individuo. Si es necesario, puede agregarse más relajante muscular , y la posibilidad de una sobredosis disminuye.

Ningún estudio publicado documenta problemas anestésicos en sobrevivientes de la poliomielitis. Sin embargo, algunos sobrevivientes han reportado que sus síntomas típicos de la post-poliomielitis empeoraron después de una anestesia regional.

Si se utiliza la anestesia espinal, la recomendación actual, para la población en general, así como para los sobrevivientes de la Poliomielitis, es utilizar el bupivacaina[1], anestésico local, en vez de la lidocaína. Hay informes de posible daño del nervio con lidocaína. Se considera segura para la anestesia dental y la anestesia epidural.

La ventilación mecánica postoperatoria puede ser necesaria para ayudar a la respiración después de la cirugía, especialmente en cirugías mayores. Es más común en el sobreviviente de Poliomielitis que actualmente utiliza ventilación mecánica o la ha necesitado en el pasado, la ventilación mecánica postoperatoria le da tiempo a los pulmones para recuperarse de los efectos de la cirugía y la anestesia.

Muchos sobrevivientes de la Polio parecen ser muy sensibles al dolor, particularmente en los miembros paralizados, y necesitaran medicación adicional para el dolor después de la cirugía. Es importante que se planee un tratamiento para manejar el dolor después de la cirugía. Una combinación de opciones a menudo funciona mejor.

El cirujano puede inyectar anestésico local en el sitio quirúrgico mientras el anestesiólogo puede dar la medicación para el dolor, de manera que esta esté activada cuando el individuo despierte y se le puede continuar con infusiones contra el dolor, que pueden ser auto-ajustadas.

Una de las decisiones más importantes relacionadas con la cirugía es dónde llevarla a cabo. Las preguntas a responder incluyen:

  • ¿el hospital tiene un equipo quirúrgico con experiencia en el cuidado de sobrevivientes de Poliomielitis o personas con enfermedades neuromusculares?
  • ¿estará disponible la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) si la ventilación mecánica postoperatoria fuera necesaria?
  • ¿está el anestesiólogo anticipadamente dispuesto y demuestra preocupación por los problemas relacionados con la post-poliomielitis?
  • ¿el anestesiólogo que atenderá el caso mide rutinariamente la transmisión neuromuscular?
  • ¿el cirujano parece estar enterado de posibles problemas postoperatorios por la poliomielitis?

Los más importantes centros médicos con programas académicos de entrenamiento en anestesiología, y con una unidad de rehabilitación incorporada, a menudo cumplen estos criterios. Las personas con problemas menores post-poliomielíticos pueden ser consideradas para cirugía en la unidad de cirugía ambulatoria, si ésta cumple los criterios arriba descritos y si el individuo contará con ayuda en el hogar después de ser dado de alta.

Se debe esperar ver al anestesiólogo antes de haber elegido al cirujano para discutir con él el propio estado de salud y compartirle las preocupaciones respecto a la anestesia.

Si un individuo no puede comunicarse, es importante que un abogado o familiar que sepa los problemas potenciales, hable con el anestesiólogo. Si el anestesiólogo para la cirugía, sea ésta electiva o de urgencia, no parece demostrar una apropiada preocupación, el individuo tiene el derecho a rechazar la cirugía hasta que se sienta cómodo con la relación. Sin embargo, las cirugías de urgencia son más difíciles porque hay poco tiempo para planear.

Para cualquier cirugía, los sobrevivientes de la poliomielitis deben estar en el mejor estado de salud posible antes del procedimiento.

Translation by Jorge Federico Eufracio Téllez

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